Rusalka, nuestro velero, un Yatlant 24 que nos espera en el Puerto Deportivo de Isla Cristina. Lleva en las amuras el trisquel celta, símbolo del aprendizaje y equilibrio de mente y cuerpo, que nos protege. El nombre se lo había puesto Juan Antonio, su anterior dueño. Nos gustaba y lo mantuvimos sin cambiar. Dentro de la mitología eslava, una rusalka era un fantasma, ninfa del agua, especie de sirena, que vivía en el fondo de ríos y lagos.
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